Cuidadosamente bordada en donde dos ajolotes interactúan entre sí rodeados por una corriente de agua. Estas singulares criaturas han tenido un impacto significativo en la cultura mexicana, presentes ya en la mitología de los antiguos aztecas, pues se relacionan con el dios “Xólotl” (hermano de “Quetzalcóatl”), sociado éste a la idea del movimiento y la vida.